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Los contenidos, principal reto para llevar la impresión 3D a las aulas

Los contenidos son el principal reto para que la impresión 3D triunfe en las aulas, según la empresa distribuidora de impresoras 3D EntresD, que ha participado en el congreso ITworldEdu con una ponencia sobre «La revolución de la impresión 3D en la aulas», en la que ha desgranado los principales beneficios de la incorporación de estos dispositivos en el mundo educativo. ITworldEdu es uno de los eventos anuales de referencia del sector tecnológico educativo que se celebra los días 7-8 de marzo en Barcelona. El congreso tiene como propósito compartir las novedades tecnológicas, experiencias educativas y las aplicaciones innovadoras de la tecnología para facilitar que la demanda educativa y la oferta TIC de productos y servicios de tecnología educativa tengan su punto de encuentro.

La impresión 3D está cada vez está más presente en las aulas; de hecho las impresoras 3D son unas de las grandes apuestas para los próximos años para el sector educación como apoyo en determinadas asignaturas gracias a la posibilidad de materialización de un concepto estudiado en un objeto real. La impresión 3D estimula la creatividad de los estudiantes y mejora su capacidad para resolver problemas.

«Contar con una impresora 3D de sobremesa en los centros de primaria y secundaria permitirá a los alumnos descubrir las posibilidades que tiene diseñar en 3D y lo sencillo que puede llegar a ser materializar una idea o un diseño. Esto implica un gran cambio de mentalidad y promueve la creación», comenta Marc Torras, director general de EntresD que además señala las ventajas más destacadas que aportan las impresoras 3D:

  1. Fomentan la creatividad y la capacidad de resolver problemas

La principal aportación de las impresoras 3D es su capacidad para materializar las ideas en objetos reales. Esta funcionalidad provoca un cambio de mentalidad en el alumno que debe solventar los posibles obstáculos que surjan en el mundo físico aplicando la creatividad e innovando hasta obtener el objetivo deseado. La adquisición de estas aptitudes prepara mejor a los estudiantes para el futuro mundo laboral.

  1. Generan más participación

Las impresoras 3D convierten la experiencia del aprendizaje en un proceso mucho más lúdico y participativo. Algunos centros escolares crean espacios comunes para utilizarlas en los que los estudiantes pueden explorar de manera conjunta. El papel del profesor para dinamizar su uso es muy importante.

  1. Captan el interés de los estudiantes

La posibilidad de aprender a través de la práctica y de ver el resultado real de sus diseños hace que los alumnos muestren más interés y se sientan más motivados. Esto es especialmente interesante en el caso de los estudiantes con problemas de atención que logran mejorar su capacidad de concentración. En definitiva, pasar de las clases teóricas a la creación propia puede ser un gran incentivo en el proceso de aprendizaje.

  1. Facilitan la tarea del docente

Las asignaturas de ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas tienen en las impresoras 3D unas grandes aliadas, ya que permiten trasladar a un escenario real conceptos que, en ocasiones, son difíciles de explicar. No obstante, y a pesar de que su uso está generalmente asociado a estas materias, las impresoras 3D también pueden utilizarse en áreas como geografía o historia para recrear mapas topográficos o lugares y personajes, a modo de ejemplo.

  1. Promueven la colaboración entre diferentes materias y departamentos

Diversas experiencias han demostrado que el uso de impresoras 3D en el ámbito educativo fomenta la colaboración entre diferentes materias y especialidades y promueve el trabajo en equipo.

Principales retos

A pesar de estos beneficios, las impresoras 3D aún se encuentran en pocos centros educativos. «No es una cuestión de presupuesto, ya que actualmente el coste de una impresora 3D de sobremesa es asequible para un centro y el coste de mantenimiento es muy reducido. Entre los aspectos que dificultan su adopción en las aulas, el más importante es el desconocimiento por parte del profesor, que necesita de la formación adecuada para poder sacarle partido a esta nueva tecnología», comenta Marc Torras. «Los profesores tienen mucho interés en introducir esta tecnología en el aula pero no están formados para su uso y no saben cómo utilizarlas aplicándolas a sus materias. Por ello es fundamental facilitarles detalladamente las posibilidades de uso que tienen las impresoras 3D, concretando y explorando las diferentes aplicaciones para cada una de las asignaturas y de los temas específicos”.

Así para poder llevar la impresión 3D a las aulas y que los alumnos se beneficien de ellas es necesario integrar esta nueva tecnología en el desarrollo curricular del alumno. Algo que se tiene que hacer desde los departamentos de educación y que no puede depender de la implicación individual de los profesores. La adaptación de los docentes a las nuevas tecnologías será la competencias clave en el futuro. Por eso es fundamental que puedan contar con contenidos específicos y adecuados para el desarrollo curricular de los alumnos.

La impresión 3D permite trabajar con material didáctico de acompañamiento hasta complejos proyectos transversales, implicando a toda la escuela o comunidad en el desarrollo colaborativo fomentando una nueva manera de relacionarse con el entorno. En este sentido en EntresD está trabajando para incluir contenidos orientados a la impresión 3D en los principales repositorios de contenido tecnológico como el ARC del Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya y Toolbox de mSchools.

«Dentro de uno o dos años serán habituales en todos los centros educativos. Ahora mismo el principal obstáculo es el desconocimiento por parte de los docentes. En general se cree que es un tema muy complejo, y actualmente es tan sencillo como imprimir en papel. Además los precios también han bajado mucho y por menos de 1.000 euros un centro educativo puede tener una impresora 3D de sobremesa”, comenta el director general de entresD.

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